¿Qué es el freno de caballo y para qué lo usan (sí, todavía) los ortodoncistas?
Uno de los aparatos de Ortodoncia más usados en la cultura popular es el arco extraoral (o headgear en inglés), también conocido como "freno de caballo". Darla, la fastidiosa niña pelirroja que golpeaba la pecera de Nemo, es una de las más famosas usuarias de dicho aparato. Katy Perry dio un salto al estrellato entre los ortodoncistas con su video de Last Friday Night, y gracias a la película de Charlie y La Fábrica de Chocolate, sabemos que Willy Wonka usó uno de niño (aunque en realidad el aparato del pequeño Willy es una combinación ficticia de una máscara facial y un arco extraoral para efectos de teatralidad que, en la vida real, no serviría de nada).
Su fama se ha dado gracias a dos situaciones. Primero, que es un aparato llamativo por tener partes que van por fuera de la boca. Segundo, porque es sumamente útil en los tratamientos de ortodoncia.
Para explicar el segundo punto, detallaremos un poco el problema que resuelve (y que, desafortunadamente, mucha gente tiene).
Se ha descrito que cada maloclusión (tipo de mala mordida) está asociada a un tipo de perfil facial en particular. Existen tres perfiles faciales : Recto, convexo y cóncavo (mostrados en ese orden). Nos concentraremos en el segundo perfil de aquí en delante.
El perfil convexo se puede dar por tres situaciones: 1.- La mandíbula no creció tanto como debería. 2.- El hueso maxilar (donde están todos los dientes superiores) creció un poco más de lo esperado o 3.- Una combinación de ambas. Esto da como resultado una mordida donde hay una distancia aumentada entre los dientes superiores e inferiores, que se ve así:
¿Qué se puede hacer para solucionar esto? Bueno, pues en 1822 a un hombre llamado J.S. Gunnell se le ocurrió ejercer una fuerza sobre el hueso maxilar para tratar de llevarlo hacia atrás y resolver la situación del perfil convexo. Su invento se veía de ésta manera:
A lo largo de sus casi 200 años de existencia, el arco extraoral ha experimentado varios cambios. A pesar de eso, el principio básico es el mismo, como podemos ver en la fotografía de arriba.
El hecho de que permanezca idéntico en su funcionamiento es que Gunnell acertó al idearlo, ya que la fuerza que ejerce sí tiene un efecto en el crecimiento del maxilar logrando contenerlo y permitiendo que la mandíbula exprese su crecimiento hacia adelante. De esta forma se resuelve el problema del perfil convexo y la sobremordida aumentada. Aún así, en la mayoría de los casos el arco no es suficiente para corregir el problema en su totalidad, por lo que un tratamiento de ortodoncia simultáneo será necesario para lograr el mejor resultado posible.
A pesar de que así se ha visto en la televisión durante años, el arco extraoral no está indicado para su uso en adultos. ¿La razón? La mandíbula deja de crecer entre los 16-17 años en las mujeres y 17-20 años en los hombres, por lo que no tendría mucha utilidad su uso para tratar de corregir la situación cuando los huesos ya han terminado de crecer. Además, los adolescentes rechazan su uso por situaciones como el bullying o que el aparato pueda interferir con sus actividades diarias como el deporte, por lo que generalmente su uso está limitado a niños menores de 12 años.
¿Es difícil usarlo? No tanto como parece. ¿Vale la pena? Por supuesto. Aunque la tecnología ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años (incluyendo la Ortodoncia), los especialistas de todo el mundo siguen usando éste polémico artefacto porque ha probado su eficacia con sus casi 2 siglos de edad. Así que la próxima vez que veas a un niño usando un arco extraoral sabrás para qué sirve y que, a pesar de lo que se diga, es un aparato aprobado por las Asociaciones de Ortodoncistas de todo el mundo. Y por Katy Perry, claro está.
